Después de proponerlo varias veces y posponerlo otras tantas, por fin hemos encontrado el momento para ponernos de acuerdo y hacer una grabación de varios temas musicales.
Gracias a la propuesta de nuestro compañero Casimiro hemos ido al Hotel H10 de Vía Layetana y hemos aprovechado una de sus magníficas salas para, tras instalarnos con el equipo de grabación y con nuestros instrumentos, grabar tres temas de nuestro actual repertorio: GOYESCAS (Enrique Granados), OTOÑO JAPONÉS (Yasuo Kuwahara) y MARXA FÚNEBRE POR UNA MARIONETA (C. François Gounod).
En un principio, el mero hecho de tener sobre nuestras cabezas esos palos con los micrófonos unidos a su extremo superior nos imponía bastante. Pero poco a poco hemos ido tranquilizándonos y perdiendo el miedo, al comprobar que no mordían ni nos amenazaban. Toma uno, toma dos, toma tres, toma cuatro… y así hasta la toma número sesenta o setenta, como en el cine, vamos. ¡Qué barbaridad!
Es de suponer que de tantas tomas saldrá un resultado magnífico y que podremos gozar de una interpretación digna de una orquesta profesional. Profesionales han sido, y mucho, tanto el exigente técnico de sonido, Guillem, como nuestro paciente director, Manuel Gómez. Gracias a los dos. Ambos tienen un oído muy fino y un grado de exigencia muy alto. Si al final nuestro trabajo tiene algún mérito es, en gran medida, por ellos.
Pero no hemos estado todas las horas sin descansar. Eso sería muy duro. De vez en cuando parábamos un momentito para reafinar (no hay manera de que estos instrumentos se mantengan bien templados ni en los conciertos ni en la grabación), tomar un trago (de agua, café… nada de carajillos ni chupitos) o comer alguna cosilla para entretener el hambre.
En más de una ocasión se paseaban entre nosotros, por supuesto con total sigilo, los reporteros gráficos, Salva y Eli, que realizan como siempre un trabajo impecable, disparando, a veces por la espalda y sin previo aviso, sus silenciosos clics.
Ahora que ya sabemos cómo se hace y que vemos que el esfuerzo de preparación vale la pena, sólo queda seguir este camino y continuar grabando cada año dos o tres temas. Y para acabar tenemos que agradecer la gentileza del Hotel H10 por dejarnos su sala, en la que hemos estado tranquilos y a gusto, lo cual sin duda redunda en el resultado final de la grabación.